lunes, 29 de octubre de 2018



  • UNA MADRE

    Cuando te sientes en medio de la nada,
    vencida por las lágrimas,
    y el mal se haya apoderado de tu mente,
    no hay nada como una madre,
    una madre con ojos de miel,
    una miel que te endulce.
    Definitivamente,
    cuando estés así,
    necesitas una madre,
    una madre que te envuelva en su universo de amor,
    un amor como solo una madre posee,
    un poseer que forma parte de tu interior,
    una madre convierte en triunfos todos tus fracasos,
    una madre no te compara,
    sino que se pasa la vida cosiéndote unas amplias alas
    hasta hacerte sentir como un cisne.
    Pero yo, ya no tengo madre,
    y tengo que seguir sin ningún consuelo,
    sin consuelo en medio de la nada,
    en medio de una nada
    en donde no sé qué dirección tomar,
    cualquiera cosa podría ser causa de conflicto,
    la vida ha dejado de ser como acostumbraba,
    aunque si estuviera mi madre
    ella enjugaría mis lágrimas,
    tomaría asilo en su pecho
    y ella me ayudaría a elegir el camino a seguir,
    pero no tengo una madre,
    y me siento en medio de la nada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario