sábado, 9 de febrero de 2013

Mi unión con el Universo

PIEDRAS, MUJERES
                                              Y PALABRAS


                                                                   ARTE EFÍMERO DE LUIS PABLO 20112


                                                                                              con textos de "once mujeres"



-Oye, ¡mira!, ¿qué es esto?
-Un conjunto de piedras, colocadas una encima de otra. Estas piedras las ponían  los viajeros en los caminos para ir guiando al que pasaba por ellos, sobre todo en montaña, para indicar la vía a seguir.
-O sea, que te indican un camino. ¿Verdad?
-Más o menos.
-Pero, ¿un camino a dónde?
-Pues,  es un sistema de comunicación en donde el emisor y  receptor conocen el código empleado, por lo que ambos conocen ese lugar a dónde nos lleva.
-Muy interesante.
-Además, personalmente creo que en la Naturaleza no existe nada sin una explicación, por lo tanto respecto todo lo que hay en Ella.
-Veo, que comienzas a elevar la conversación según tu costumbre, que de una simple observación siempre terminas con tus conexiones mentales.
-Así es, todo tiene una explicación, en el Universo lo que existe es el conjunto de un todo, y la parte no puede existir sin el todo. Fíjate: mis padres no quisieron tenerme, ellos me han dicho siempre que yo vine al mundo sin que ellos quisieran,  soy la quinta de cinco hermanos. Sin embargo,  a mi me gusta pensar que alguien deseaba que yo viniese al mundo.
-Bueno, pues  yo creo que todo el mundo ha venido al mundo porque sus padres han querido. Vamos, todos, menos tú.
-No, lo que quiero decir es que en el Universo nada sucede sin una razón.  En Él  concurre un equilibrio constante y hasta lo más nimio tiene su razón de existir. Lo que sucede es que hay veces que no sabemos cuál es la razón. Porque  recibimos información  en la medida en que conocemos y participamos de ese Universo. Así es que, sí nuestro conocimiento es pequeño llegaremos a conclusiones pequeñas, pero si nuestro conocimiento es grande, llegaremos a una gran sabiduría y nuestros actos serán coherentes con nuestro conocimiento.
-Estoy totalmente de acuerdo contigo, ya sabes que soy una persona que leo mucho, oigo las noticias a menudo, escucho la sabiduría de mis mayores, en general intento cultivarme. Si, pero me gustaría saber, ¿qué tiene que ver esto con unas piedras?, ya te he dicho que son un hito en el camino.
-Te lo voy a contar, querido amigo: Yo antes vivía inmersa en un millón de quehaceres, trabajo, casa,  hijos, marido, padres,  amigos, lecturas…, era una mujer que tenía que abarcar todo, y siempre con una sonrisa en la boca, la razón era muy clara: “porque alegraba la vida a los demás”, era lo que se esperaba de mí. Un día no podía más, mi subconsciente me jugó una mala pasada, comencé a somatizar todo lo que moraba en mi subconsciente y enfermé. De pronto estaba sola, pasaron los días, las semanas, los meses, y seguía sola, todos los que me rodeaba solicitaban de mi: sonrisa, eficacia, amor, risas, sabiduría…, pero estaba enferma y me sentía sola, sola, sola……nadie sabía que yo estaba ahí, enferma y sola. Un día me dije: “Lola, ¡qué no vas a tener tú una solución para esto!, en peores  aprietos te has visto y siempre has salido adelante”. Comencé a leer, todo me hablaba de: “vivir el presente”, “el secreto está en concentrarse en el momento que estás viviendo”, “si quiero amar a los demás debo empezar por mi misma”…., y así frases, dichos, consejos, muy buenos todos, pero ninguno me llevaba a buen puerto. De pronto un día estaba buscando cómo cambiar aquí, cómo mejorar allí, como conseguir esto…., y en mi angustia por dar con la solución,  me quedé en silencio, me relajé, no sentía mi cuerpo, mi mente no pensaba en nada, ni en el trabajo, ni en casa, ni en hijos, ni en mí…etc. Me abandoné, me vacié,  me dejé llevar, comencé un viaje a ninguna parte, -sin prisa, sin metas, sin fingir que soy alguien, sin llorar, sin amar, sin sufrir, sin pensar, sin ser perfecta.-, solos el camino y yo, un camino que no se parecía a ningún  camino que yo había transitado, estaba ahí, y de pronto me abandoné,  dejé que entrara en mi información que jamás hubiera  permitido, aparté mi mayor obstáculo, yo misma, mi ego, le  prohibí la entrada a mi propio interior, y mi yo, ¡descansó!, levanté una tienda de campaña y me mudé allí. La tienda vagaba etérea por el Universo, entré en unión con Él, y allí nadie me solicitaba una sonrisa, pero yo erraba sonriendo sin prisa, sin metas, sin fingir, sin llorar, sin amar, sin sufrir, sin pensar…. De pronto llegaron a mi los sentimiento, la emoción, la empatía, comencé a sentir la Naturaleza y a mi como un todo con Ella. Luego el ritmo plástico del espacio se me antojó poesía pura y la poesía consistía en ver la armonía perfecta de los astros que interpretaban una melodía perfecta para mi. Y yo en medio de esta melodía lo tocaba todo, lo pisaba todo, sin que mi cuerpo pesara, ni que mis ojos dolieran, sin que mi rabia saliera y arrugara mi rostro, sin que el ansia hiciera opaca mi mirada. Y me acordé del cuento de pulgarcito que me contaba mi madre, y comencé a dejar miguitas  de pan, para poder volver a ese lugar maravilloso. Otro día regresé, ¡fui capaz de volver!, y las miguitas no estaban, seguro que, ¡alguien me las había quitado!, ¡qué rabia! Siempre que encuentro algo que me gusta, tengo que negarme a ello. Pero, de pronto,  me fijé, allí había una piedra, allí otra, más allá otra, y me dije esta vez nadie me va a borrar el camino. Busque de nuevo el lugar y lo encontré, me costó mucho más que la primera vez, pero lo encontré y allí dejé unas cuantas piedras y fui dejando otras para encontrar el camino. Y pensé: “y si alguien pasa y me quita las piedras”. Bueno, podrían mover una, o dos, o tres, pero no todas. Y así fue, cuando volví encontraba mi camino, las piedras no están en el camino por casualidad, en el Universo todo lo que existe es por una razón y todos los caminantes del Universo son respetuosos, ninguno mueve las piedras, porque saben que están ahí por una razón. Un día almacené una cuantas para señalar mi lugar preferido y me senté a su lado, ese era “Mi Lugar”. allí experimenté sensaciones que jamás habían paseado por mi yo, fluyeron palabras que nunca pensé que  yo podría pronunciar, sentí olores que jamás se han nombrado, gusté de sabores nunca inventados, disfruté de placeres únicos. Me gustó tanto que amontoné más piedras en ese lugar, sería mi lugar preferido. Luego he vuelto muchas veces a ese lugar, y allí  continúo sintiendo, dialogando, oliendo, gustando, gozando. Las piedras son la antena que unen  mi yo con el Universo. Durante un tiempo el Universo y mi yo están en la misma sintonía, están en la misma frecuencia. Yo soy Universo y el Universo soy yo, en ese momento no hay diferencia entre yo y el Universo.

Lola Lirola