¡Cuánta
nostalgia siento,
ayer
tan frecuentado,
y hoy agonizas,
abandonado!
El
viento loco del invierno,
poco a
poco y sin permiso,
fue
mermando tu hermosura,
malas
hierbas y hojas secas
han
crecido en la ausencia.
Nunca
hay tiempo, siempre prisas,
el
camino se ha hecho extraño,
¡tan
distinto, tan lejano!.
Hubo
un tiempo que el jazmín
embriagaba
nuestras noches,
que la
frescura matutina
inspiraba
bellas rimas,
que el
celindo en su blancura
decoraba
aquel rincón.
La
primavera trajo cigüeñas,
el
verano a una rapaz,
gorriones
todo el año
festejaban
el lugar.
¡Y te
veo tan marchito,
y me
llena de tristeza!
Nada
ha muerto, todo vive,
Poco a
poco volverá:
podaré
las malas hierbas,
hincaré
nuevos aromas,
te hidrataré
gota a gota
y la
savia tornará,
y el
reencuentro será manso,
sin
excusas, como antaño.