viernes, 19 de diciembre de 2014

UNA NUEVA REALIDAD



Amanece siempre gris
desde aquel día,
en que la paz pegó un portazo
y me dejó herida,
en que la duda comenzó la urdimbre
que ahora me nubla,
en que la angustia echó raíces
sobre mi pecho.
Y desde entonces, cada minuto,
busco una luz que me ilumine,
o que revele qué nos pasó.
Ayer tan sólo,
había paz siempre en tu linde,
los dos unidos, al mismo paso,
y mucho amor que tú me dabas
que yo entregaba.
 Mientras, el tiempo,
¡tan sólo el tiempo!,
borra tu huella
aún tatuada sobre mis carnes,
borra el aroma
que aún perdura en todo el orbe.
Y es ese tiempo, el que pasó,
siempre a tu lado,
que ahora avanza en soledad.




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