Una
mano inocente
enarbola
la bandera de salida,
ahora
ya, todo comienza,
sin
esquema, sin guion,
sin
compasión, sin remisión.
Hilos
tímidos asaltan
verticales
temblorosas.
Muy
despacio, la compuerta,
a
su ritmo, se está abriendo,
y
a su paso rasga todo,
y
los hilos se convierten
en
raudales invasores.
¡Cuánto
tiempo esperando,
deseando
su llegada
y
hoy no quiero esta tortura,
que
me quiebra desde dentro!
Nadie
informa que es horrible,
que
se abren las entrañas,
que
el pellejo arroja vida,
que
el dolor nace de dentro
y
no lo puedes eludir.
Es
verdad que otras parieron,
Es
verdad que otros te ayudan,
Es
verdad que es natural,
pero
aquí, en el momento,
sólo
yo tomo las riendas.
Y
después de ardua espera
se
oye el llanto anhelado,
el
que ahuyenta a las Parcas,
compañeras
del camino.
todo
tiembla, hace frío,
pero
siento que se acaba,
y
no es así, sólo es comienzo,
pues
su aroma se ha impregnado
en
mi persona,
un
instinto me posee,
he
cambiado, no soy la misma.
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