viernes, 11 de abril de 2014

GORRIONCILLA EN EL ALMENDRO

Gorrioncilla parda,
descansa mansa
en el almendro en flor,
en donde libas gustosa,
y te deleitas buscando
esa palabra sabrosa
con la que iniciar tu creación.
¡Qué cerquita se encontraba,
y qué largo el camino!,
fue ayer cuando escuchaste
la trova de una paloma,
y seguiste su vereda,
buscando libertad.
A veces, vientos hostiles
zarandearon tus alas.
Otras, incluso pensaste
en abandonar, y los tuyos
te decían ¿Dónde vas?,
si tus alas son pequeñas.
Otros pájaros, desde arriba,
en corrientes favorables,
observaban tu tesón,
y graznaban ruidosos,
revoloteando rabiosos,
para hacerte sucumbir.
Y al revés de su propósito,
más fuerte hicieron tus alas.
Tú sabías, por aquel zureo,
que podías, que tardarías,
que costaría, y que al final
lo lograrías.
Hoy estás en el almendro
tan tranquila, en tu elemento,
y aunque vueles un poco lejos,
y esos pájaros agoreros,
viertan en ti su frustración
tu estás en el almendro,
que te abriga,
que te da felicidad.


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