lágrimas secas
se instalan en mi espíritu,
desolado, abatido,
una niebla espesa se enreda
en el zarzal, sus espinas
esclavizan el ánimo,
una tumba, hace días, me seduce
invitando al descanso,
donde nada ni nadie me hiera.
¡Quiero llorar!,
Que ríos involuntarios
destruyan mis pómulos maquillados,
¡Quiero llorar!
todos los llantos ahogados,
todas las penas concentradas,
todas las vidas silenciadas,
todos los sufrimientos olvidados,
Llorar y llorar,
sin motivo, sin medida,
Llorar y llorar,
hasta poner fin al llanto,
que nadie más sufra,
que no haya dolor,
que sea imposible apuntar
donde duela.
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